La planificación del entrenamiento es una pieza clave para alcanzar objetivos deportivos de manera eficiente y segura. En este sentido, conocer como calcular tus zonas de entrenamiento para trabajar sesiones más personalizadas, ajustadas a la intensidad y así poder medir el progreso. Estas zonas no son más que rangos específicos de esfuerzo, generalmente basados en la frecuencia cardíaca (FC) o en el análisis de umbrales fisiológicos, que te indican qué tan duro debes entrenar para obtener los resultados deseados sin sobrecargar el cuerpo.
Dominar el cálculo de las zonas de entrenamiento te ayudará a potenciar la resistencia, mejorar la capacidad anaeróbica, optimizar la recuperación y, en general, obtener mejores resultados en menos tiempo. A continuación, exploraremos qué son estas zonas, cómo calcularlas y cómo aplicarlas a tu entrenamiento para alcanzar otro nivel en tu rendimiento deportivo.
Índice del contenido
¿Qué son las zonas de entrenamiento y por qué son importantes?
Para calcular tus zonas de entrenamiento debes saber que son rangos de intensidad que se utilizan para estructurar las sesiones deportivas, adaptándolas a los diferentes sistemas energéticos del cuerpo. Dependiendo del tipo de ejercicio y del objetivo de la sesión, el cuerpo utiliza diferentes fuentes de energía: desde los fosfágenos para esfuerzos explosivos hasta el metabolismo aeróbico en actividades de larga duración. Trabajar en la zona correcta asegura que entrenes de manera eficiente, sin desperdiciar energía y sin riesgo de sobreentrenamiento.
Por ejemplo, una sesión enfocada en mejorar la resistencia aeróbica requiere una intensidad moderada, mientras que una sesión destinada a aumentar la velocidad y la potencia implica trabajar cerca del máximo esfuerzo. De esta manera, al calcular tus zonas de entrenamiento, puedes distribuir el esfuerzo de forma óptima y monitorear tu progreso a lo largo del tiempo.
Cómo calcular tus zonas de entrenamiento con la frecuencia cardíaca
La frecuencia cardíaca (FC) es el método más accesible y utilizado para calcular las zonas de entrenamiento. Para determinar con precisión tus zonas, necesitas conocer dos valores clave: la frecuencia cardíaca en reposo (FCr) y la frecuencia cardíaca máxima (FCm). La FCr se mide al despertar, mientras que la FCm puede obtenerse mediante una fórmula matemática o una prueba de esfuerzo.
La fórmula más común para estimar la FCm es la de Karvonen:
FCmáxima = 220 – edad.
Por ejemplo, si tienes 30 años, tu FC máxima sería aproximadamente 190 latidos por minuto (lpm). Aunque este método es práctico, no es 100% preciso, ya que la frecuencia cardíaca máxima varía entre individuos debido a factores como el nivel de condición física y la genética.
Una vez que tengas tu FCmáxima, puedes calcular tus zonas de entrenamiento utilizando el método de reserva de frecuencia cardíaca. La fórmula es:
Zona de entrenamiento = (FCmáxima – FCreposo) × % intensidad + FCreposo.
Por ejemplo, para una persona con una FCmáxima de 180 lpm y una FCreposo de 60 lpm, la zona de entrenamiento al 70% de intensidad sería:
(180 – 60) × 0.7 + 60 = 144 lpm.
Esta fórmula te permitirá establecer rangos precisos para cada zona de entrenamiento, que van desde esfuerzos muy ligeros (como la recuperación activa) hasta esfuerzos máximos para el desarrollo de la potencia.
Las 5 zonas de entrenamiento y sus aplicaciones
El entrenamiento se divide habitualmente en cinco zonas basadas en la intensidad del esfuerzo. Cada zona tiene un propósito específico, y conocerlas te ayudará a adaptar tus entrenamientos a tus objetivos.
- Zona 1: Recuperación activa
Esta zona corresponde a un esfuerzo muy ligero, generalmente entre el 50-60% de la FCmáxima. Es ideal para recuperar después de sesiones intensas, mejorar la circulación y permitir al cuerpo recuperarse sin acumular fatiga. - Zona 2: Resistencia aeróbica
Aquí trabajas entre el 60-70% de la FCmáxima. Es la zona en la que se desarrollan las bases de la resistencia, mejorando la capacidad del cuerpo para utilizar la grasa como fuente de energía. Es ideal para entrenamientos largos y moderados. - Zona 3: Resistencia media
Trabajar en el 70-80% de la FCmáxima permite mejorar la eficiencia cardiovascular y muscular. Es una zona clave para entrenamientos sostenidos que no llegan al umbral anaeróbico, ideal para deportes de fondo como el ciclismo o el running. - Zona 4: Umbral anaeróbico
En esta zona, el esfuerzo se sitúa entre el 80-90% de la FCmáxima. Se trabaja cerca del umbral donde el cuerpo comienza a acumular lactato, lo que mejora la capacidad para tolerar esfuerzos intensos. - Zona 5: Capacidad anaeróbica máxima
La zona de mayor intensidad (90-100% de la FCmáxima) está reservada para intervalos cortos y explosivos, que desarrollan la potencia y la velocidad. Es esencial para deportes como el sprint o el CrossFit.
Estudios que pueden ser de utilidad como son:
- Variabilidad de la frecuencia cardiaca: evaluación del entrenamiento deportivo en redalyc
- La cuantificación de la carga de entrenamiento en archivos de medicina del deporte
Pruebas de esfuerzo: la forma más precisa de calcular zonas
Si quieres obtener resultados realmente precisos, la mejor opción es realizar una prueba de esfuerzo máxima. Esta prueba evalúa tu capacidad cardiovascular y determina tus zonas reales basadas en la medición directa de la frecuencia cardíaca y el lactato en sangre. Estas pruebas deben realizarse bajo la supervisión de un profesional, ya que implican alcanzar el máximo esfuerzo.
Durante la prueba, se registran dos umbrales importantes: el VT1 (umbral aeróbico) y el VT2 (umbral anaeróbico). Entrenar por debajo del VT1 mejora la capacidad aeróbica, mientras que entrenar cerca del VT2 mejora la resistencia al esfuerzo intenso y prolongado.
Aplicación de las zonas de entrenamiento en tu plan deportivo
Una vez que hayas calculado tus zonas, es momento de aplicarlas. La clave está en distribuir el entrenamiento de forma estratégica, combinando sesiones de baja, media y alta intensidad a lo largo de la semana. Por ejemplo, un ciclista que se prepara para una competición puede estructurar su entrenamiento de la siguiente forma:
- Lunes: Recuperación activa (Zona 1).
- Martes: Entrenamiento en Zona 3 con intervalos moderados.
- Miércoles: Trabajo de alta intensidad en Zona 4-5.
- Jueves: Resistencia aeróbica en Zona 2.
- Viernes: Descanso activo o recuperación.
- Sábado: Sesión larga en Zona 2-3.
- Domingo: Intervalos de umbral anaeróbico en Zona 4.
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Conclusión
Calcular tus zonas de entrenamiento y trabajar dentro de ellas te permitirá entrenar de manera más eficiente, progresar de forma constante y evitar lesiones por sobreentrenamiento. Combinar métodos como la frecuencia cardíaca, los umbrales de lactato y las pruebas de esfuerzo te ayudará a personalizar tu plan de entrenamiento para alcanzar tus objetivos deportivos. Al conocer tus zonas, optimizas cada minuto de esfuerzo y llevas tu rendimiento a otro nivel.